Cruzamos el barrio hasta la parte trasera donde teníamos que cruzar la última calle para llegar al camino de tierra. Aquí me puse un poco nervioso por los perros y cogí a Cletus por el collar hasta cruzar la calle. Una vez cruzamos, lo solté otra vez y los dos siguieron con su aventura. Este camino en bajada hasta el río ha estado aquí desde que nos mudamos a este barrio, pero ahora es mas ancho y visible por que los obreros lo usan para bajar su maquinaria hasta la construcción. Me imagino que antes era mucho más bonito porque ahora es pura tierra batida del tráfico de las grandes máquinas.
Por los primeros 300 metros o algo así, al lado izquierdo del camino hay casas que se pueden ver a traves de los árboles y vegetación. Al otro lado, hay tan solo cesped y otras hierbas que han crecido como un metro por lo menos. Los perros se metían en estas hierbas y se perseguían el uno al otro. Yo paré de caminar para observar lo bien que se lo pasaban. Saltaban al camino y corrían entre los arboles, después cruzaban el camino otra vez para perderse en las hierbas del otro lado del camino.
De repente ohí un vehículo que venía desde el fondo a mucha velocidad. Llamé a los perros pero como siempre, solo Sammy me hizo caso. ahora podía ver que el vehículo era una ranchera Nissan de color plata pero el conductor todavía no nos había visto. Me arrimé al lado izquierdo del camino aguantando a Sammy por el collar y con la esperanza de que Cletus no saltara al camino y que el conductor le viera a tiempo para frenar si fuera necesario. La camioneta comenzó a disminuir la velocidad según el conductor nos vió y esto me alivió un poco porque el todavía no había visto a Cletus. La camioneta iba cada segundo mas despacio y comenze a preocuparme porque pensé que a lo mejor esto era propiedad privada y nos iban a echar la bronca. Después pensé que podría ser el vigilante de la obra y venía a pararnos para que no continuaramos camino abajo. La camioneta finalmente nos alcanzó y el conductor me miro a los ojos y me saludó con un movimiento de cabeza. Pasó por nosotros por el estrecho camino y no pude evitar mirar dentro de la ranchera. Los brazos del conductor estaban cubiertos en sangre y el conductor se los limpiaba con un trapo mientras conducía por los baches. Mi corazón comenzó a latir rapidamente y podía sentir mi adrenalina comenzando a no dejarme pensar claramente. Los peores pensamientos fluyeron por mi cabeza en dos o tres breves segundos. No conocía este lugar y ya no quería conocerlo por miedo a lo que encontraría. Los perros ladraban a la ranchera y segun pasó por nosotros, el conductor acceleró rapidamente como para huir de nosotros. Realmente era yo el que quería huir.
Quité mi mirada de la camioneta para mirar hacia donde correr pero me dí cuenta de que los perros ahora perseguían la ranchera costa arriba. Me fijé bien en la parte trasera de la camioneta y entre la tierra mezclada en el aire pude ver que cargaba un gran ciervo muerto. Sus ojos estaban abiertos y la lengua la tenía fuera. Me dió la sensación de que me miraba y al mismo tiempo sentí un alivio tremendo aunque los perros seguían persiguiendo la ranchera. Olían la sangre de ese animal que acababa de perder su vida.
Esta vez si tuve que dar un buen grito para que Sammy me obedeciera y parara de correr detras del vehiculo. Cletus me sorprendió obedeciéndome antes que Sammy y volviendo a mi lado. No seguí caminando immediatamente. paré y reflexione sobre lo que me acababa de pasar en tan solo unos segundos. Me sentía como si me hubiera acabado de bajar de una montaña rusa en un parque de atracciones. Tantos pensamientos y sentimientos pasaron por mi mente en tan solo unos segundos que necesitaba un descanso.